En la actualidad para muchos sigue siendo muy importante, mientras que millones de personas ya lo ven con ojos más relajados. Sin embargo, para quienes aún lo tengan como prioridad a la hora de tener una relación, por supuesto que quieren que su pareja tenga el mismo nivel de compromiso y que sepan respetar las reglas de esa relación, ¿pero exactamente qué hace que una persona sea fiel?
Psychology Today analizó los estudios de Menelaos Apostelou y Rafaella Panayiotou de la Universidad de Nicosia, para averiguar por qué algunas parejas deciden no ser infieles. Y si bien lo que descubrieron parecería ser muy básico, son cosas fundamentales.
¿Por qué existe la infidelidad?
Esta es una pregunta que más bien se tendría que respondes en una tesis de psicología, pero Menelaos y Rafaella analizan al menos las primeras instancias por lo que una infidelidad ocurre, para descartar entonces por qué se decide no hacerlo.
La infidelidad no siempre tiene un contexto de «maldad», puede ser porque uno de los integrante de la relación desea separarse y no tiene el valor para enfrentar la conversación. Otros intuyen que la relación terminará, y deciden empezar antes de tiempo a explorar sus posibilidades.
Otras veces puede ser falta de deseo, cuestionamientos propios (por ejemplo, que una persona dude de su apetito sexual, que ocurre más de lo que te podrías imaginar) e incluso por estrés o diagnósticos clínicos. Así que antes de pensar que una persona infiel es mala, siempre es bueno entender todo el contexto de la situación (De ahí que es bueno ver a un terapeuta de parejas, si es que ambos desean salvar la relación).
¿Por qué alguien decide ser fiel?
Una de las primera razones que los expertos hallaron de por qué alguien decide ser fiel, es que simplemente se sienten satisfechos con la relación.
Las personas cuyas parejas los trataban bien, que no querían lastimar a su pareja o que no querían arriesgarse a destruir su relación eran los más seguros a no caer en una infidelidad», dicen los expertos.
Otra razón, es que las personas aceptan que no podrían lidiar con la culpa de engañar a sus parejas, vivir una mentir, o les estresa demasiado la idea de una doble vida. Es decir, prefieren estar cómodos y tranquilos, y no necesitan ese tipo de «adrenalina» por llamarle de alguna manera.
Por otro lado, otra enorme razón por la que las personas mencionaron su inclinación a ser fieles, es el miedo a que su pareja decida vengarse y devolver el golpe con otra infidelidad.
Por Glamour Mx
