En nuestras vidas, a menudo podemos encontrarnos con comportamientos tóxicos que tenemos hacia nosotras mismas. Aunque no siempre evidentes, pueden tener un impacto significativo en nuestra salud mental y emocional.
Algunos de estos son la autoexigencia, autocrítica destructiva, el autosabotaje y la negación de nuestras emociones. Reconocer y abordar estos patrones negativos resulta ser esencial para cultivar una relación saludable con nosotras mismas. Al hacerlo, podemos liberarnos del estrés, la ansiedad, depresión e inclusive de la autodestrucción con el fin de buscar una vida mucho más equilibrada, compasiva y llena de bienestar.
Autoexigencia extrema
Debes recordar que eres una persona y que los errores son una parte natural que conlleva ser un humano. Aceptarte a ti misma con tus fortalezas y debilidades te permitirá cultivar una relación más saludable contigo misma y encontrar un equilibrio perfecto entre el crecimiento personal y el disfrute de la vida.
Autocrítica destructiva
Es uno de los comportamientos tóxicos en el que siempre te juzgas y criticas a ti misma de manera negativa y destructiva. En lugar de reconocer tus logros y aceptar tus errores como parte del crecimiento, te enfocas en encontrar constantemente defectos y fallos en todo lo que haces.
Comparación constante
De acuerdo con Glamour, es un acto en el que te comparas continuamente con los demás y te sientes inferior o insuficiente en relación con ellos. Esto puede dar pie a una baja autoestima, envidia y una sensación constante de insatisfacción. En lugar de valorar tus propias cualidades, te enfocas en las fortalezas de otras personas, generando un ciclo interminable de inseguridad.
Autodesvalorización
Te percibes a ti misma como no lo suficientemente buena. Minimizas tus éxitos y se los atribuyes a la suerte. Este comportamiento afecta negativamente tu autoestima y te impide reconocer tus propias fortalezas y capacidades.
Perfeccionismo
Implica buscar constantemente ser perfecta en todas las áreas de la vida, sin aceptar errores o imperfecciones. Esto puede generar estrés, ansiedad y dificultad para sentirse satisfecha con los resultados. Esto puede ser agotador y evita que disfrutes de tus logros debido a la constante búsqueda de la excelencia inalcanzable.
Autodescuido
Lo que sucede aquí es que te descuidas a ti misma, ignoras tus propias necesidades y te pones en segundo plano todo el tiempo. Puedes descuidar tu salud, no tomarte el tiempo para descansar de manera adecuada, y no le dedicas tiempo a las actividades que te traen alegría y bienestar.
Demasiada autocompasión
Adoptas una mentalidad de ‘pobrecita de mí’ y te culpas excesivamente por las circunstancias de tu vida. Esto provoca que no asumas la responsabilidad de tus propias decisiones y evita que desarrolles una mentalidad resiliente.
Autoaislamiento
Te alejas de los demás, evitando la conexión y cercanía emocional. Puedes temer al rechazo o a la vulnerabilidad, por lo que te mantienes distante y reservada. Esto te priva de relaciones significativas y duraderas, lo que te puede llevar a sentimientos de soledad, aislamiento y un grave deterioro de tu bienestar emocional.
Autosabotaje
Tomas decisiones que te perjudican, procrastinas demasiado, subestimas tus habilidades o saboteas todas tus oportunidades de éxito. Esto puede ser impulsado por el miedo al cambio o la falta de confianza en ti misma.
Estado de negación
No procesas de manera adecuada todos tus sentimientos y emociones, lo que conduce a una desconexión emocional. Esto te puede llevar a tener depresión o ansiedad, y dificulta el desarrollo de tus habilidades y la resolución adecuada de problemas.
Reconocer estos comportamientos tóxicos es un primer gran paso para poder trabajar en ellos y buscar formas más saludables de relacionarte contigo misma. Si necesitas ayuda adicional, considera hablar con un profesional de la salud mental.
Por Glamour