Cualquier espacio interior es perfecto para colocar plantas, no importa si es en la oficina, en el dormitorio o cualquier habitación; sin embargo, no todas las personas tienen habilidad para cuidarlas, ya que cada especie requiere diferentes tipos de atenciones.
Antes que seguir unos cuidados básicos que funcionan incluso si eres principiante, debes ser realista con el espacio que dispones en tu casa y las necesidades básicas de la planta que vas a adquirir, en especial si se eliges una por su belleza decorativa, ya que a veces las más espectaculares requieren más cuidados.
Evita el exceso de agua
Es común regar las plantas de más, especialmente en verano. Es válido para las plantas de exterior; sin embargo, las de interior no están expuestas al sol directamente, por lo que no notan tanto el cambio de estación. La clave es comprobar la humedad de la tierra para valorar si están secas y requieren más agua.
Lo más común es regarlas por arriba aunque lo mejor es directamente en la tierra, ya que hay especies que tienen más tendencia a los hongos. Recuerda poner algún sistema de drenaje que las mantenga en buenas condiciones.
Abona la tierra de forma regular
Las reservas en el sustrato se agotan rápido, por lo que es importante recargarlas, especialmente en la época de crecimiento y floración. Lo más recomendable es utilizar un abono líquido cada quince días junto con el agua de riego, también optar por el granulado de liberación lenta que abastece de lo necesario a las plantas durante un periodo más prolongado que va de dos a tres meses.
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Cambia a macetas de barro
Otro básico para las plantas es trasplantarlas de una maceta a otra conforme vayan creciendo. Incluso cuando recién las adquieres, es conveniente que las pases a un recipiente más grande, de preferencia de barro y con un sustrato adecuado.
Hay algunas especies, como las orquídeas que no requieren este proceso, ya que sus raíces necesitan otro tipo de macetas e iluminación, tampoco es bueno que estén apretadas, ya que tienden a enrollarse y acaban por ocupar todo el espacio, quedándose sin aire.
Vigila el agua residual del plato
Es normal y muy útil poner los típicos platos bajo las macetas para recoger el agua sobrante que la planta no ha absorbido al ser regada. Son muy funcionales, pero hay que retirar el agua una vez se haya acumulado, ya que esta puede provocar hongos en tu planta o que se pudra.
Revisa la humedad ambiental
La mayoría de las plantas de interior son especies tropicales que necesitan un alto índice de humedad; en ocasiones tu casa no presenta estas características, por lo que es recomendable pulverizar frecuentemente las hojas.
También puedes colocar un plato con grava, arcilla expandida u otro elemento que aísle la base de la maceta del agua que contendrá, así el líquido se irá evaporando lentamente, aportando un grado de humedad a tu planta.
Crea la temperatura ideal
Los cambios bruscos de temperatura son otro de los motivos por los que mueren las plantas de interior, lo mejor es mantenerlas entre los 15 y 25ºC. Esta medida puede variar ligeramente entre el día y la noche o entre el invierno y el verano.
Aleja aparatos que generen cambios muy pronunciados como las calefacciones o el aire acondicionado, ya que pueden perjudicar a tu planta, sobre todo si abusas de su consumo en tu hogar.
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