El wabi-sabi es una corriente estética procedente de Japón que aboga por contemplar el paso del tiempo en las cosas y en nosotros mismos apreciando su belleza. Este pensamiento pretende evocar la imperfección y aceptar el paso del tiempo en los objetos que nos rodean.
En decoración esta tendencia defiende una casa llena de calma y autenticidad, conservando piezas y objetos que reflejen el paso del tiempo. Después de mantener la casa ordenada gracias a los consejos de la japonesa Marie Kondo, la filosofía wabi-sabi nos proporcionará una casa sencilla a base de muebles y objetos funcionales.
La autenticidad es otra de las claves del wasi-sabi, ya que nos anima a recopilar aquellas piezas u objetos con historia de los hogares de nuestros antepasados. Llenar nuestra casa de muebles antiguos en los que se muestre claramente el paso de los años hará que nuestra vivienda sea aún más auténtica.
La imperfección en las construcciones, muebles y objetos que hemos rechazado y ocultado durante décadas es apreciada como un autentico tesoro en la filosofía wabi-sabi. Los nudos de la madera, desniveles en el suelo, desconchones en paredes, la patina del cuero o la pintura decapada es lo que proporciona autenticidad a nuestra casa.
Estas huellas que deja el paso del tiempo en los objetos tienen una belleza singular. Pero no quiere decir que llenemos nuestra casa de cosas estropeadas, el wabi-sabi pretende que recuperemos piezas antiguas que aún estén en condiciones de uso y dejemos aquellas imperfecciones que las hacen únicas a la vista.
Las formas orgánicas e imperfectas son claves en la filosofía wabi-sabi. Las vajillas handmade, las tablas de madera con imperfecciones, los jarrones artesanales, mesas o cabeceros en los que se aprecien las formas del tronco… todo tipo de piezas únicas que aportaran personalidad a nuestro hogar. Es muy importante integrar elementos de la naturaleza en la decoración de nuestra casa para recordar nuestros orígenes.
Otro de los aspectos fundamentales de un hogar wabi-sabi es el orden. Una casa ordenada y con solo los objetos necesarios nos proporcionará paz y serenidad. Pero a la hora de buscar el orden debemos huir de la simetría, ya que en la imperfección está el verdadero equilibrio. La regla del tres en decoración nos ayudará a conseguir este equilibrio.
A la hora de escoger colores, el wabi-sabi tiene fijación por los tonos neutros, como el blanco o el gris, o aquellos tonos que nos trasladen a la naturaleza, como los verdes apagados o el azul del mar.