Desde que comenzó el año, la influencia setentera ha estado muy presente, llegó con el estampado tie dye, las botas cowboy y ahora el maxivestido floreado se apodera del otoño.
Normalmente es una prenda que veríamos más en primavera o verano, pero al tratarse de un vestido largo, es perfecto para este periodo de transición entre el calor, la lluvia y el frío.
Puedes llevarlo en un look bohemio y relajado ya que se trata de una pieza vaporosa y con volumen.
Si no te animas a llevar mucho color, puedes buscar diseños con tonalidades más neutrales y poco estampado.
Combinado con los accesorios adecuados, puede ser la pieza perfecta para un evento para el día.
Por La Endina